El Perdón (Definición, Fases, Variables, Importancia, Consecuencias de no perdonar, ¿Cómo se practica?)
- A todos nos han hecho daño alguna vez a lo largo de nuestra vida. Insultos en el patio del colegio, malas contestaciones de compañeros de trabajo, decepciones de amigos, infidelidades… La lista de ofensas y agravios puede ser tan larga como queramos. Es normal que ante estas situaciones nos enfadamos, nos sintamos heridos e incluso desarrollemos sentimientos odio hacia el otro. Sin embargo, si no trabajamos sobre estas emociones pueden enquistarse y acumularse, generando una colección de “espinitas clavadas” que me limitan en el momento presente y condicionan mis relaciones personales. Para poder disolver las consecuencias emocionales de estas situaciones os proponemos adentrarnos en el concepto de perdón.
El perdón es una decisión que consiste en dejar de lado la ira o el
enojo hacia alguien que nos haya herido y pensar, sentir o actuar con amabilidad hacia esa persona. Conviene aclarar que el perdón no es sinónimo de ser débil: se necesita fortaleza y valentía para perdonar. Tampoco es lo mismo que olvidar, dar cabida al maltrato o tolerar ser lastimado; uno puede perdonar mientras aún busca justicia enojo hacia alguien que nos haya herido y pensar, sentir o actuar con amabilidad hacia esa persona. Conviene aclarar que el perdón no es sinónimo de ser débil: se necesita fortaleza y valentía para perdonar. Tampoco es lo mismo que olvidar, dar cabida al maltrato o tolerar ser lastimado; uno puede perdonar mientras aún busca justicia
El perdón puede parecer una hazaña imposible de realizar para un niño que aún no tiene todas las herramientas de que los adultos disponen para manejar emociones como la ira y el deseo de venganza. Pero estudios han encontrado que aprender a perdonar puede ayudar a los niños de diferentes edades a sentirse mejor, fortalecer sus relaciones e incluso mejorar su rendimiento académico.
El perdón es el acto deliberado de pasar completamente por alto una ofensa, como si nunca hubiese existido. Es un concepto central de la fe cristiana, como lo muestra el hecho de que existen en la Biblia tres términos hebreos y cuatro griegos para expresar la idea de perdón. Ningún otro libro sagrado excepto la Biblia enseña que Dios perdona completamente los pecados. En las Escrituras se dice claramente que el perdón de Dios es tan pleno que el “olvida completamente” nuestros pecados cuando otorga su perdón.
- Fases que pasamos antes de pedir Perdón
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- Negación: En ocasiones no somos capaces de ser conscientes de ese dolor que hemos sentido, y miramos hacia otro lado, negamos ese dolor.
- Enfado/Ira: Cuando tomamos conciencia del daño podemos pasar a un estado de enfado o ira. Al fin y al cabo sentimos que nuestros límites han sido transgredidos y la forma que nuestro organismo tiene para darnos aviso es “enfadarnos”. En esta fase pueden surgir deseos de venganza, agresividad, hostilidad, que dan mucha energía pero no nos alivian a largo plazo. Si quieres saber cuáles son las claves para controlar la ira.
- Toma de decisión/negociación: Todo lo que hemos hecho hasta ahora es insuficiente, no conseguimos liberarnos de esta sensación: “Esto no funciona, tengo que hacer algo diferente”.
- Tristeza/depresión: Nos dejamos sentir todas las emociones que ese suceso han despertado, asumir las consecuencias, lo que supuso para nosotros.
- Aceptación: Estamos listos para soltar esas emociones negativas, ya no nos “pesan”.
Variables que influyen en la capacidad de perdonar
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Algunos de los elementos que se relacionan con una mayor o menor probabilidad de perdonar se encuentran a continuación:
- Severidad o gravedad de la transgresión: La probabilidad de perdón es inversamente proporcional a la gravedad que para cada uno suponga el agravio (Waldron y Kelley, 2005).
- Emociones negativas: En una investigación realizada por Merolla en 2008 se observó que la presencia de emociones negativas como el dolor, enfado y tristeza hacen menos probable la probabilidad de conceder perdón.
- Empatía: La empatía ha sido relacionada directamente con el perdón, siendo necesario cultivarla para poder dejar ir el dolor. Podemos generar empatía teniendo en cuenta el contexto y la situación que pudo llevar a la otra persona a actuar de esa manera. Por ejemplo: Una persona que ha robado comida en una tienda, quizás pueda encontrarse en una situación desesperada en la que no ha encontrado otra solución.
- Dependencia: La dependencia emocional también parece estar relacionada con una mayor capacidad de perdonar. La persona dependiente teme las consecuencias de un conflicto explícito con la otra persona, ya que necesita de forma continuada su presencia y aprobación, respondiendo con una mayor probabilidad de perdón ante una transgresión. Aquí te dejamos un artículo donde analizamos todo sobre la dependencia emocional.
Tú te beneficias enormemente cuando decides perdonar y lo mismo ocurre con todos a tu alrededor. Ya sea que necesites perdonar a los demás, o la necesidad de perdonarte a ti mismo, al hacerlo te libera del pasado y te permite cumplir con tu verdadero potencial. El perdón permite liberarte de las creencias y actitudes limitantes. Liberar tus energías mentales y emocionales para que puedas aplicarlas a la creación de una vida mejor.
El perdón te ayuda a alcanzar incluso tus metas más prácticas e inmediatas. Tal vez quieras un trabajo mejor, para ganar más dinero, tener mejores relaciones, o vivir en un lugar más agradable. El perdón te ayuda a lograr todo esto. Si no has perdonado entonces, una parte de tu energía de vida interior está atrapada en el resentimiento, la ira, el dolor o el sufrimiento de algún tipo. Esta energía vital atrapada te limitará. Es como si trataras de montar en bicicleta con los frenos parcialmente puestos todo el tiempo. Te hace más lento, te frustra y hace que sea difícil avanzar.
Las decisiones que tomes y las cosas que creas que son posibles todas serán influenciadas por las formas en las que no has perdonado. A medida que aprendas a perdonar la energía que estaba yendo hacia a pensamientos y sentimientos tristes consigue liberarse y puede fluir a crear la vida que deseas en lugar de limitarte, o crear más sufrimiento.
Si no quieres aprender a perdonarte a ti mismo para beneficiarte; entonces, aprende a perdonar para que puedas beneficiar a otros. A medida que aprendas, tú beneficias a todo el mundo que está en contacto contigo. Tu pensamiento será más claro y más positivo que antes. Tú tendrás mucho más para dar y más fácilmente disfrutarás compartiendo lo que tienes. Tú te convertirás naturalmente y fácilmente más amable, generoso y más solidario con los demás, – sin tener que luchar para lograrlo. Vas a tener una actitud más feliz y más positiva con las personas en tu vida y van a responder más positivamente a ti a cambio.
Consecuencias de no perdonar
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El Señor nos juzgará con la misma medida con que nosotros midamos. Si somos severos, no debemos esperar otra cosa que severidad. Si somos misericordiosos con los que nos ofendan, Él será misericordioso con nosotros en nuestros errores. Si no perdonamos, Él nos dejará envueltos en nuestros propios pecados.
Aun cuando las Escrituras son precisas en su declaración de que se medirá al hombre con la misma medida con que él mida a sus semejantes… el juicio, aunque sea merecido, no es de la incumbencia del miembro sino de las autoridades correspondientes de la Iglesia y del estado. En el último análisis, es el Señor quien efectuará el juicio…
El Señor puede juzgar a los hombres por sus pensamientos, así como por lo que digan y hagan, porque Él conoce aun las intenciones de su corazón; pero no sucede otro tanto con el ser humano. Oímos lo que las personas dicen, vemos lo que hacen, pero como no podemos discernir sus pensamientos ni sus intenciones, a menudo juzgamos equivocadamente si tratamos de sondear el significado y el motivo de sus acciones y les fijamos nuestra propia interpretación .
Aun cuando parezca difícil, podemos perdonar.
Perdonar puede ser difícil, en especial si la persona que te hirió no admite haber actuado mal. Si te sientes en una encrucijada:
- Practica la empatía. Intenta ver la situación desde el punto de vista de la otra persona.
- Pregúntate qué podría haber sucedido para que se comporte de esa manera. Tal vez habrías reaccionado de forma similar si te hubieras enfrentado a la misma situación.
- Reflexiona sobre las veces en que otras personas te perdonaron a ti.
- Escribe en un diario, reza o practica la meditación guiada. O bien, habla con una persona que consideres sabia y compasiva, como un líder espiritual, un profesional de salud mental o un ser querido o amigo imparcial.
- Sé consciente de que perdonar es un proceso. Incluso es posible que debas revivir y perdonar las heridas pequeñas una y otra vez.
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